Carta a mi editor

Acto 1 - El escritorio

Son la 1:45 de la mañana. Preparo un té y me siento a escribir. En mis auriculares suena una música tan relajante que haría dormir a una pantera.

Estoy en movimiento y la página ya no está en blanco.

Si pienso pierdo. Acepto el desafío.

Acto 2 - La agonía

Me cuesta escribir pero no porque sea difícil. Es difícil escribir rápido y bien, y lograrlo en el primer intento.

Escribir es tan fácil como mandar un mensaje a un amigo. El mensaje es lo importante, todo lo demás es secundario.

La belleza, la forma, el estilo y todas esas cosas lindas del arte no son problema mio, son problema del editor. Mi trabajo es entregar el borrador en tiempo y forma, y que me quede tiempo para vivir…

Acto 3 - La carta

Querido editor,

Estoy cansado de tus interrupciones continuas y tus comentarios desalentadores, no puedo escribir tranquilo si me estas fastidiando todo el tiempo.

Soy el que hace el trabajo duro, el que da vida a las ideas y el que se juega el nombre. Agradezco tu visión pero no puedo seguir así, a partir de ahora vamos a tener que trabajar separados.

Necesito más espacio, independencia, un momento sagrado en donde pueda cometer errores, hacer y deshacer lo que quiera, caminar en círculos, experimentar, intentar algo nuevo.

Te pido paciencia y que respetes mi proceso, a cambio me comprometo a hacer lo mismo y a enviarte el borrador tan limpio como pueda.

Podemos lograr grandes cosas juntos, tenemos que funcionar como equipo.

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