No es posible. No existe tal cosa como tener más o menos tiempo.
El tiempo es uno solo y es siempre el mismo, el presente extendiéndose durante toda la eternidad. Vease El poder del ahora de Eckhart Tolle.
En términos más prácticos, tenemos el tiempo que nos queda de vida, ni más ni menos. El tiempo ya vivido, es decir la edad, fue transformado en otras cosas como dinero, conocimiento, experiencias, habilidades, recuerdos, etc.
A su vez proyectamos nuestra vida en subdivisiones arbitrarias; décadas, meses, días, minutos, segundos.
El tiempo no es una variable sino una constante.
Lo que sí es variable y podemos cambiar, es lo que queremos hacer con ese tiempo, las expectativas. El tiempo no falta, sobran las obligaciones, los compromisos y las auto-imposiciones.
Cuando el vaso se llena de agua no se agranda, se desborda, lo mismo pasa con el tiempo y nuestra noción de lo que podemos y no podemos hacer.
El manejo del tiempo es más una resta que una suma. Priorizar, optimizar, eliminar o postergar.
«Puedes hacer cualquier cosa pero no todo».
— David Allen