Ayer fui al súper como cualquier otro día y antes de pasar por la caja me arrimé al exhibidor de libros.
De lejos vi que tenían uno de Paulo Coelho y cuando me acerco era El Alquimista y otro que ni recuerdo el título.
Hace tiempo que lo tenía en mi lista, no dudé un segundo en comprarlo. Además estaba a muy buen precio, en cualquier librería cuesta el doble.
Lo curioso es que siempre creí que los supermercados solo vendían libros “malos”. ¿Será porque muchas veces están al lado de las golosinas y otros productos tentadores?
En fin.
Dejé un prejuicio y me traje un libro.