No importa cuanto me cueste, cuanta procrastinación, cuanto dolor o sufrimiento, cuanto dude, cuanta negatividad tenga que escuchar. No importa el resultado; si es mucho, poco, bueno, malo, mediocre, vergonzoso. Si llega a una persona, a todas o a ninguna.
Nada de eso supera la sensación de paz que produce cumplir conmigo mismo.
Ningún obstáculo imaginario ni material fue suficiente para desviarme del camino.
Al menos por hoy, la batalla está ganada.
La disciplina es el ejercicio de la libertad.