Veo como todo va cayendo en su lugar, como van tomando forma las ideas, se materializan. Veo otros colores y otros matices. De repente estoy viviendo otra vida, en otro mundo mejor que el de antes. Sigo siendo yo pero a la vez soy diferente.
Pareciera que todo lo que quiero está siempre a disposición, y que el único desafío es aprender a recibirlo, darle lugar en mi vida. Abrir las ventanas y renovar el aire. Accionar efectivamente y soltarme, danzar con el universo. Si es mérito propio entonces es repetible.
A veces me sorprende, pero lo acepto completamente. Es mi nueva realidad, mi nuevo estándar, no hay vuelta atrás. No es una racha de suerte y no tiene por qué terminarse.