Cerrá el libro, cambiá de opinión, renunciá a tu trabajo, dejá ir a esa persona. Abandoná el proyecto, o el país, o esa identidad obsoleta.
Para soltar hay que creer. Hay que creer en nuevas posibilidades aunque todavía no las veas.
Aprender a soltar es aprender a hacer espacio.
Hacer espacio también es un acto creativo.