La fuente inagotable

Estoy enfrentando desafíos internos importantes; cambio de profesión, cambio de creencias, superando inseguridades y traumas, construyendo nuevas relaciones, fijando nuevos objetivos, renovando el aire, empezando otra vida.

Esto hace que a veces me pierda un poco, me olvide quien soy, y actúe en contra de mi valores, mi ética y mi principio rector.

Me vi intentando mostrar algo que no es, siendo alguien que no soy, dejándome a un lado por miedo al rechazo, o por miedo a perder algo que nunca tuve. Es como si de repente me olvidara que la vida que tengo y la persona que soy también es producto de decisiones que he tomado, decisiones conscientes y muy bien consideradas, pensadas a largo plazo, alineadas con mi plan de vida.

La solución siempre fue reconectar conmigo mismo, volver a mi centro, recuperar la seguridad de adentro hacia afuera.

Si no tengo claro quien soy y no estoy seguro de lo que valgo como persona, no hay título, cargo, apartamento, auto, fama, estatus, oro ni plata que puedan hacerme sentir en paz conmigo mismo, confiado, y listo para resolver cualquier acertijo que la vida me proponga.

La única fuente inagotable de paz y seguridad que tengo es todo eso que he logrado viviendo, enfrentando miedos y trabajando mis emociones. Todo eso que ya no puedo perder y que no se puede comprar en el supermercado; mis valores, mis virtudes, mis cualidades, las decisiones que tomo, las historias que me cuento, el amor que me tengo, el respeto que merezco.

Ser yo, es la única actitud que necesito.