La lista de tareas de Leonardo da Vinci es brillante, pero no solo por el contenido.
Anotaba cosas como:
- Haz que el maestro de la aritmética te muestre cómo cuadrar un triángulo.
- Dibujar Milán.
- Examinar la ballesta de Mastro Giannetto.
- Preguntar por la medida del sol que me prometió el maestro Giovanni Francese.
Cuando veo lo que escribía en su lista, pienso también en una forma de capturar ideas y mantener un recordatorio de lo que es importante, cosas que en algún momento despertaron la curiosidad o el interés. Es una forma de congelar el entusiasmo, capturarlo de alguna manera.
Puede ser una técnica útil que definitivamente quiero probar. Creo que la clave está en ignorar las posibilidades, considerar solamente el impulso, la intención, no importa que tan poco realista suene la idea.
Anotar todo y decidir después. Que se parezca más a una lista de deseos que a una lista del supermercado.
Puede ser un buen punto de partida cuando la creatividad no está en su punto más alto y una forma de mantener a la vista cosas que suelen quedar de lado en la mecánica rutinaria.