En cualquier momento dado tenemos solo dos opciones:
- Posponer.
- O hacer. Empezar ahora.
El cambio es inevitable. Sin una intención clara, puede que el cambio que ocurra no sea el que estás buscando.
Una manzana arriba de la mesa solo necesita tiempo para dejar de ser una manzana. Lo mismo nos pasa a nosotros. La inacción no es necesariamente algo malo, pero cuando se vuelve la norma dejamos de ejercer nuestra libertad. Dejamos en manos del destino cosas que son nuestra responsabilidad.
Sin vela ni remo, el bote solo va hacia donde lo lleva la corriente. La corriente no siempre lleva a buen puerto.
Nadie elige las cartas que le tocan, pero siempre decidimos cómo jugarlas y cuándo abandonar.
Si tenés una vida que vivir vivila ahora, no la dejes para mañana.