No voy a reforzar ninguna creencia que vaya en contra de mi autoestima y mi autovaloración.
Expresarme sinceramente es resultado de un profundo sentimiento de aceptación.
Acepto quien soy. Acepto el mundo en el que vivo y a las personas que me rodean. Reconozco que no hay nadie mejor que nadie. No puedo ser peor, solamente diferente.
La belleza está en los ojos de quien mira. La autenticidad está en las manos de quien obra desde el corazón.
Lo que en realidad ven los demás, es como nos tratamos a nosotros mismos.
¿A quién le voy a regalar algo fresco? ¿Cómo voy a dar algo que no tengo? ¿A quién voy a amar si no sé lo que es el amor verdadero?