Segunda y última semana de jornadas laborales de 14 horas.
Soy muy avaro con mi energía. Hay tantas cosas que quiero hacer. Perder el tiempo siempre fue uno de mis mayores miedos, es bueno enfrentarlos. Agarré la serpiente con la mano y dejé que me mordiera, no pasó nada, no fue tan grave, sobreviví. Confirmé, pero está vez en la práctica, que esta vida no es para mi. Prefiero darme la frente contra la pared cuestionando la existencia, que ser una máquina que solo vive trabajando. Cuanto más nos miramos al espejo más lindos somos. No nací para ser una pieza más en una fábrica. Soy más humano que nunca, es mi única bandera.
Aprendí que la mente se cansa mucho antes que el cuerpo, que hacer las cosas “mal” puede ser mejor que no hacer nada, y que (casi) cualquier objetivo es mejor que no tener objetivos.
¿Qué miedos tendrías si supieras que estás soñando?
La vida es un juego, el objetivo es aprender a divertirse. Perdedores son quienes creen en la victoria. Todo es mentira dice Manu Chao, para mí son buenas noticias.