Problemas

Desde un punto de vista absoluto nada es un problema. Vale la pena recordarlo de vez en cuando. Siempre podemos desvanecer los problemas simplemente dejando de verlos como un problema. Por supuesto que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero es posible.

Dejando esto de lado, en un plano más terrenal y relativo, podemos separar los problemas en dos grandes categorías:

  1. Malos problemas: Son los que interfieren con el flujo natural de la vida, incomodan la existencia, atentan contra la supervivencia básica y desarrollo de cualquier ser humano. Ejemplos: Gripe, se rompió el inodoro, una relación tóxica. Estos son problemas que hay que aprender a evitar, y solucionar inmediatamente cuando aparecen.
  2. Buenos problemas: Los llamados problemas del primer mundo. Son los que se presentan como un obstáculo, o pasos intermedios en el camino hacia algo que buscamos lograr. Suelen aparecer como consecuencia del éxito o de la acción intencional. Ejemplos: Tengo mucho trabajo, no se si irme de vacaciones o usar el dinero para invertir en mi educación, no tengo tiempo para leer.

Libertad es la posibilidad de elegir qué problemas tener.