Hay dos formas de correr una maratón, una es competir con los demás, el que llega antes gana.
La otra es competir con uno mismo, para eso, lo único que hay que hacer, que no quiere decir que sea fácil, es mejorar tu propio tiempo.
La primera vez, llegar a la meta o incluso intentarlo, se puede considerar como una victoria personal. Dar lo mejor siempre es más que suficiente.
El problema es correr una maratón como si fueran 100 m llanos, imposible llegar a la meta, mucho menos ganar.
Los objetivos más importantes, los que requieren una visión de largo plazo, se parecen a una maratón. Para llegar a la meta, hay que regular la velocidad, manejar bien las expectativas y disfrutar los entrenamientos.