Las cosas se hacen o no se hacen. La inacción no es otra cosa que una acción distinta a la que se está considerando. Yo ahora estoy escribiendo, tomando un café y respirando. No estoy nadando, no estoy cosechando zanahorias y no estoy mirando televisión.
¿Pero entonces, qué es intentarlo?
A menudo, cuando hablamos de intentos, podemos estar hablando de alguna de estas tres opciones:
- Algo que no es una acción sino una expectativa o un resultado. Ser campeón de la NBA es un resultado, entrenar y competir son acciones. “Lo voy a intentar” puede referirse a obtener un resultado, no a ejecutar una acción.
- Un paso intermedio. Una acción que no logra directamente el objetivo deseado. Todos los “fracasos”, aprendizaje, prueba y error, exploración y experimentación que suceden en el camino hacia una meta no son intentos, son acciones.
- Una zona gris, un limbo entre el sí y el no, una decisión no tomada.
Una vez más entran en juego las expectativas y la diferencia entre acción y resultados. Decidimos qué hacer, pero no sabemos con exactitud cuáles van a ser los resultados de esas acciones.
«Hacer o no hacer, no existe intentarlo».
—Yoda