¿Cómo sería el mundo si cada persona se dedicara a lo que más le apasiona?
Perfecto no creo, pero sin duda desaparecerían muchos de los problemas que tenemos hoy. Cada interacción sería más agradable, la productividad aumentaría significativamente y el deseo por hacer las cosas mejor sería moneda corriente.
Steven Pressfield al comienzo de La guerra del arte:
«Si mañana por azares del destino, todas y cada una de esas almas despertaran con el poder de dar el primer paso para cumplir sus sueños, todos los psiquiatras del mundo se quedarían desempleados. Las prisiones se vaciarían. Las industrias del alcohol y el tabaco se vendrían abajo, junto con las de la comida basura, la cirugía estética, la publicidad, por no nombrar a las compañías farmacéuticas. La violencia doméstica se acabaría, al igual que las adicciones, la obesidad, las migrañas y los problemas de caspa.»