Hacer crecer números que no elegimos es jugar un juego que no es nuestro.
Es tentador prestar atención a las métricas y las gráficas, pero lo medible también es interpretable.
Cada persona y cada empresa pone el foco en los indicadores que quiere ver, en los que quiere mostrar y en la historia que quiere contar (o escuchar).
Definir primero qué es importante lleva tiempo y es más difícil, pero vale la pena. Es el primer paso en la dirección de un crecimiento intencional.
Los números que importan son los que reflejan el progreso hacia los objetivos que son prioritarios para nosotros y nuestra causa.
Aclarar tu propósito y enfocarte en eso es la mejor forma de evitar objetivos instalados por terceros.
Algunos de los números que me interesan a mi:
- Cuantos amigos de verdad.
- Publicaciones en este blog.
- Días que me levante en hora.
- Horas dedicadas a mi proyecto más importante.
- Errores, cuanto más me equivoco más rápido estoy aprendiendo.
- Ingreso relativo, no ingreso absoluto.
- Cuántos libros leo por año.
- Cuánta agua tomo por día…
Los números no hablan por sí solos.
Hablan las personas, las intenciones, el contexto, la escala y el método de medición.