Revolución

Todo lo bueno que me pasa no es algo que tenga que cuidar como un tesoro que puedo perder en cualquier momento, es algo que tengo que vivir a pleno y disfrutarlo, porque viviéndolo es que aprendo a permitir que siga pasando.

La felicidad y la abundancia también son cuestiones de costumbre, cuestión de qué tan cómodo me siento siendo feliz y que tan dispuesto estoy a aceptarlo, aceptar que sí lo merezco.

La felicidad es un hábito, una serie de decisiones. Es un estado, que puede ser tan permanente como estemos dispuestos a tolerar.

Me cansé de pensar solo en éxito y productividad, como si tuviera que lograr algo para demostrarle a nadie lo que valgo como persona. Me cansé de intentar ser alguien que no quiero ser. Para qué sentarme en el escritorio todo el día fingiendo que hago algo importante cuándo lo único que estoy haciendo es perder el tiempo, trabajando ineficientemente y encontrando mil excusas para evadir la verdad; disfrutar la vida no es tan caro como nos contaron.

Hoy no me voy a mentir, hoy no voy a perseguir un sueño que no es mio. Hoy agarro la bicicleta y me voy a la rambla. Hoy revolución es ser feliz.

Knockout

Estoy hasta las manos, hasta el cuello, hasta las manijas de la puerta, como el 522 un martes a las dieciocho treinta.

Me volaste la cabeza, el pecho, el alma. Se me desvanece el ego cuando juntamos las palmas.

Me matás desde adentro pero vuelvo a revivir. Me noqueaste de una mirada y ni siquiera te vi venir.

Despeiname, escupime, pegame, quiero sentir que estás acá y que no te vas a ningún lado.

Ya estoy pasado. Vos estás zarpada.

Tengo dragones en la panza y se están cagando a trompadas.

Manifiesto del autorespeto

No voy a reforzar ninguna creencia que vaya en contra de mi autoestima y mi autovaloración.

Expresarme sinceramente es resultado de un profundo sentimiento de aceptación.

Acepto quien soy. Acepto el mundo en el que vivo y a las personas que me rodean. Reconozco que no hay nadie mejor que nadie. No puedo ser peor, solamente diferente.

La belleza está en los ojos de quien mira. La autenticidad está en las manos de quien obra desde el corazón.

Lo que en realidad ven los demás, es como nos tratamos a nosotros mismos.

¿A quién le voy a regalar algo fresco? ¿Cómo voy a dar algo que no tengo? ¿A quién voy a amar si no sé lo que es el amor verdadero?

El blog cumple 2 años

Ayer se cumplió un año desde el lanzamiento de mi newsletter. El mes que viene el blog cumple dos años, ya está aprendiendo a hablar y a caminar.

No siempre estoy motivado, no siempre logro decir las cosas como las pienso y casi nunca se que va a pasar, pero no falté un solo viernes y ese es el logro que festejo hoy; la consistencia, la dedicación, la paciencia, la confianza en el proceso, el compromiso contigo y conmigo mismo.

Sí puedo compartir algo que aprendí publicando todas las semanas sin falta durante un año, es que ninguna publicación es más importante que el blog, ninguna parte es más que el todo, lo importante es seguir adelante, mañana será otro día, para bien o para mal. Lo que no pude hacer hoy quedará para mañana. Lo que logré ayer ya pasó, hoy es otro día y hay que volver a empezar.

Gracias por leer.

Leandro

P.D. Si estás disfrutando el blog y querés apoyar aún más este proyecto podés compartirlo con una amiga o amigo que le interesen estos temas.

El principio rector

A veces parece que siempre tomo el camino de mayor esfuerzo, que me complico solo cuando cualquier otra persona resolvería mucho más fácil y rápido. ¿Será que soy tonto, será que me gustá sufrir? ¿Será mi mecanismo de evasión? Quizás un poco sí, pero no creo que sea la verdadera razón.

Mi amigo Marco habla mucho del principio rector. Ahora entiendo que el mío es aprender.

Para lo que realmente me importa siempre voy a elegir el camino del aprendizaje, sobre todo el camino de la maestría emocional. No puedo evitar la realidad una vez que la veo, donde hay algo que aprender tengo que quedarme.

Siempre puedo ignorar los problemas y seguir como estoy. Pero cuando la vida me habla, me susurra, o me pega en el talón de Aquiles, me está proponiendo un ejercicio, me está haciendo un favor dándome la oportunidad de aprender algo.

La profesora no me da un ejercicio porque le interese el resultado, da igual, ya lo sabe, a nadie le importa el resultado, lo que importa es desarrollar habilidades y estar preparado para resolver problemas.

¿Y para qué quiero poder resolver problemas? Para saber cubrir las necesidades básicas y dedicarme a otras cosas que van más allá de la supervivencia.

No es el resultado lo que me importa, es la persona en la que me voy a convertir si transito el camino que tengo que transitar para llegar a ese resultado.

El duelo

Los últimos meses han sido difíciles. Sabía que este momento iba a llegar, pero el tiempo pasó volando.

Trato de estar ocupado y pensar en otra cosa. De a ratos me siento bien, y de a ratos me siento triste. Atesoro recuerdos que es lo único que me va quedar.

Hoy está soleado. Me levanto apático. No tengo apetito ni ganas de nada, desayuno café solo. Salgo, vino a buscarme un Mercedes-Benz negro clase S. —Buen día— saluda el chofer mirandome por el espejo interior, arranca el auto y nos vamos.

Llegamos, me bajo, y enseguida el remise se va. Entro y me invade el olor a lirios. No hay absolutamente nadie. No hay a donde mirar, solo un pasillo largo y paredes altas de mármol blanco. Respiro hondo y camino sabiendo que soy el asesino.

Llego al féretro y ahí estoy. Ahí está lo que fuí, el pasado que murió y la identidad que ya no existe. Acá parado también estoy, con esta pulsión que persiste.

Y con un beso en la frente, de mí mismo me despido. Como el gato de Schrödinger, he muerto pero sigo vivo.

Estación del cambio

Me encanta la idea de deshacerme de todo y empezar de cero.

Dejar vicios y reemplazarlos por hábitos saludables, leer libros, pasar más tiempo afuera, ir al cine, tener momentos agradables con las personas que quiero, vivir en paz, no desear tanto, no tener tantas cosas de que preocuparme, vivir en una casa vacía pero llena de cosas que me hacen bien; plantas, libros, música, arte y no mucho más.

Muchas cosas llegan para resolver el aburrimiento, qué la creatividad y la vida sean mis hobbies, que vivir bien sea la norma.

Primavera

Paró de llover, es tarde, salgo a caminar.

Agarro el celular y los auriculares y pongo un disco de Marvin Gaye, casualmente en la tapa de ese disco también llueve. Camino sin apuro, como quien no necesita llegar a ningún lado, y pienso qué linda noche, qué lindo olor a humedad. Y pensando en mis dilemas, y mascando decisiones yo también me pregunto: What's Happening Brother, What's Going On, ¿Qué vas a hacer?.

Colapso bajo mi propia gravedad. Implosiono. Me desintegro, me desarmo.

Me declararé sabio el día que haya trascendido toda urgencia. Lo que va a pasar pasará igual, qué sentido tiene apurarse.

A veces siento que vivo en una primavera permanente, mutando, buscando el cambio. La primavera es por encima de todo una promesa.

¿Será verdad que hay praderas verdes al otro lado del arcoiris?

La bicicleta

La vida es como andar en bicicleta.

Se puede volver atrás, pero solo pedaleando hacia adelante.

Blanco y negro

Pienso y me expreso mucho en blanco y negro. En un extremo está esto, en el otro esto otro, y en el medio hay otras cosas. Entender los límites me ayuda a entender el mapa, es como cuando armamos un puzzle y empezamos por los bordes, a partir de ahí solo se puede ir hacia adentro, y eventualmente completar el puzzle.

Si nos parecemos en algo seguramente puedas identificarte con estos dos sentimientos:

  1. Qué linda euforia, quiero más, este es mi momento, puedo lograr lo imposible, quiero seguir superandome, ya casi puedo tocar mis sueños más ambiciosos, no puedo parar, la ola pasa una vez y pronto se extinguirá, no me voy a quedar atrás, hay que ganar, soy el mejor.
  2. ¿Qué sentido tiene todo esto? Estoy agotado, no aguanto más, quisiera mandar todo al carajo. Sueño con tirarme abajo de un árbol y pasarme toda la tarde mirando el cielo sin hacer nada, sin desear otra cosa que lo que está pasando ahora mismo. Me encantaría ser esa paloma que está allá arriba parada en la punta de una ramita, en paz, tranquila, contemplando el atardecer, sintiendo la brisa en las plumas, lejos del caos, libre como la libertad misma. La miro y pienso: las palomas no viven volando solo porque tengan ese don.

Los extremos son claros y por eso son seductores. Si no es blanco debe ser negro, si no es izquierda es derecha, si no es arriba es abajo, si no es ganar es perder.

Insisto, el proceso, lo que hay en el medio, lo que no es una cosa ni la otra, progreso continuo, lento, imperceptible para el ojo humano.

Es la única forma, el único camino que conduce a Roma. Todo lo demás es teatro.