Energía, ciclos, picos y valles

La naturaleza es cíclica, pendular, oscilante. Como el sol y la luna, como la marea, como las estaciones y las crisis mundiales.

Necesitamos descansar para hacer las cosas bien. Necesitamos cumplir para descansar en paz.

Estoy empezando a entender mis ciclos energéticos, aprendiendo a surfear la ola.

Hay un contraste que parece funcionar bien. Descansar me recarga y me da espacio para inspirarme y renovar el entusiasmo. Trabajando canalizo mi creatividad, hago mi aporte y me siento realizado. Todo esto tiene un costo energético, no puedo sostenerlo por siempre, cada tanto hay que parar, aunque me cueste aceptarlo.

Lo dice la primera ley de Newton. Es difícil frenar cuando estamos en movimiento y es difícil moverse cuando partimos del reposo. No siempre voy a funcionar al máximo de mi capacidad, y no siempre voy a reconocer cuando sea momento de una pausa.

Entre «no hacer nada» y «no me da el tiempo», hay un ritmo natural, una cadencia interna que rige todo lo que hacemos.

El desafío está en administrar la energía, y aprovechar el impulso de las fuerzas que nos mueven. Aceptar que necesitamos las dos cosas: crear, construir, movernos, trascender; pero también divagar, inspirarnos, descomprimir, reiniciar.

10 síntomas de estar aprendiendo

Aprender es:

  1. Entender, aceptar.
  2. Recontextualizar, reordenar, repreguntarse. Volver a empezar. Comprometerse con una práctica.
  3. Incorporar algo externo, hacerlo propio. Asimilar, absorber.
  4. Un cambio esencial. La evolución del alma.
  5. Un descubrimiento, un punto de no retorno.
  6. Ser más efectivo, ser más objetivo, estar enfocado, pensar con claridad. Desintoxicarse.
  7. Tener una relación sana con las emociones. Dejarse guiar por la pulsión de vida.
  8. Mirar para atrás pero mirando hacia adelante. Salir de la zona de confort.
  9. Tener un propósito y trabajar para alcanzarlo.
  10. Amar profundamente. Ser una fuerza creadora. Expandir la capacidad de dar y recibir.
Cómo hacer una calculadora
Fuente: WWDC 2024

En 2020 Marques Brownlee le preguntó a Craig Federighi, líder de software de Apple, por qué es que el iPad todavía no tiene una calculadora propia, el respondió «Queremos hacerlo cuando podamos hacerlo realmente muy bien».

Muchos cuestionamos esta declaración y nos preguntamos ¿Qué tan genial puede ser una calculadora? ¿Qué tan difícil puede ser llevar al iPad la misma calculadora que existe en el iPhone desde la primera generación?

Hace unos días, en la conferencia anual de desarrolladores WWDC, 14 años después del lanzamiento del primer iPad, finalmente Apple presentó la calculadora nativa que va a estar disponible con el nuevo sistema operativo. Gracias al poder de la inteligencia artificial, la calculadora entiende la escritura manual de ecuaciones y permite editar valores y variables actualizando los resultados en tiempo real.

Algunas decisiones pueden ser cuestionables. No se si esta fue la idea que tuvo Apple desde un principio para la calculadora del iPad, si es que necesitaban desarrollar las tecnologías necesarias o si simplemente no fue una prioridad hasta el momento. Pero hay algo que me queda muy claro, nuevamente, lo hicieron a su manera, al estilo Apple.

Respeto y en parte me identifico con esa filosofía de trabajo.

En el acierto o en el error, confiar en una visión y estar dispuesto a dedicarle el tiempo y esfuerzo que sea necesario es lo que produce el mejor resultado posible.

Para mi es importante actuar acorde a mis principios. Ser el primero sin duda tiene sus ventajas, pero vivir compitiendo con los demás no es un camino que me interese demasiado.

Lo bueno perdura en el tiempo. En el mejor de los casos, me gustaría aportar algo que trascienda épocas, modas y culturas.

El artista que hay en mí se obsesiona con los detalles y piensa en la estética y la belleza, pero mi lado pragmático intenta no perder de vista la funcionalidad.

La duda es algo bueno
Expulsión del Edén, de Miguel Ángel. Capilla Sixtina.

La duda es la serpiente en el jardín del Edén. Cuando el propósito pierde fuerza y el miedo nubla la vista.

La duda merodea fuera de la zona de confort. Es una prueba de compromiso. Es un conflicto interno entre dos personalidades opuestas, una necesita crear, la otra quiere rendirse.

Renunciar es una posibilidad pero suele ser el camino fácil.

Donde hay un desafío emocional siempre hay algo importante que aprender. Si no tuvieran nada que enseñarnos no serían desafíos, serían molestias. Las molestias se resuelven, los desafíos se viven, se atraviesan, son una puerta a otra identidad. Una identidad más fuerte, más sabia, más centrada.

Dudamos porque sentimos. Dudamos porque arriesgamos.

El riesgo es un precio bajo para quien ama la libertad.

Más allá del perfeccionismo

3 fases del perfeccionismo

  1. Parálisis. Vivir soñando o planificando hacer algo pero no poder ni siquiera empezar. Sentirse intimidado por la tarea. La única forma de preservar la perfección es mantenerla en el campo mental. El perfeccionismo es un problema de expectativas.
  2. Empezar algo pero mejorarlo indefinidamente sin darlo por terminado. Volver a empezar una y otra vez, no avanzar, corregir y cambiar sobre la marcha, dar vueltas en círculo. Esta fase suele generar frustración y sufrimiento por no poder alcanzar ese ideal imaginado.
  3. Tomarse demasiado tiempo para completar un trabajo o tarea. Ocupar todo el tiempo disponible en el intento por hacer lo mejor posible. Concluir solo por obligación y sin estar conforme del trabajo realizado. Este tipo de perfeccionista logra terminar lo que empieza pero lo hace a un precio muy alto. Desperdicia tiempo y energía. No logra disfrutar los procesos y ciclos de aprendizaje. Al igual que las fases anteriores, sigue enfocado en resultados y expectativas irreales.

Dice Julia Cameron:

«El perfeccionismo no es una búsqueda de lo mejor. Es la persecución de lo peor en nosotros mismos, esa parte que nos dice que nada de lo que hagamos será nunca lo bastante bueno, que deberíamos intentarlo otra vez».

Ejercicio

Sin pensar demasiado tomate 10 minutos para contestar estas preguntas:

¿En qué estoy siendo perfeccionista?
¿Cómo me afecta el perfeccionismo en mi vida?
¿De donde surge mi perfeccionismo?
¿Cómo me gustaría ser o hacer?
¿Qué tendría que aprender sobre mí para superar el perfeccionismo?
¿Qué tendría que aceptar sobre mi y sobre el mundo?
¿Qué estoy priorizando hoy?
¿Qué quiero empezar a priorizar a partir de ahora?
¿Qué voy a lograr superando el perfeccionismo?

Consejos

  • Dejar de identificarnos con los logramos. No somos nuestro trabajo ni nuestro arte, somos personas que trabajan y que hacen arte. Cada proyecto es lo mejor que pudimos hacer en ese momento, no es lo que somos como personas.
  • Soltar la necesidad de control. Aceptar la incertidumbre y el misterio de la vida. Hay cosas que no podemos controlar, negar esos aspectos del proceso creativo es no aprovechar recursos tan útiles como cualquier otra cosa.
  • Aprender a escuchar y confiar más en la intuición. Es el don que nos dio la naturaleza de ver y pensar con el subconsciente. Para mí no es otra cosa que magia. La intuición es una ventaja casi injusta para quien aprende a usarla correctamente.
  • Aprender a apagar la mente lógica. Dejar fluir la creatividad sin pensar. Canalizar la energía de las emociones, expresar sinceramente.
  • Aceptar completamente quienes somos, los recursos y el tiempo que tenemos. Tomar los límites como potenciadores de la creatividad. Marcar tus propios límites y respetarlos. Arreglarte con lo que tengas.
  • Fortalecer la confianza. Trabajar los miedos y las inseguridades. Identificar claramente tus creencias limitantes. Para esto te recomiendo cosas como escribir un diario o cualquier práctica introspectiva, tener sesiones de coaching, hacer terapia, profundizar tu autoconocimiento.
  • Permitirnos el error. Verlo como lo que es, una oportunidad de aprendizaje. Explorar, experimentar, jugar, intentar cosas nuevas, aprender por prueba y error.
  • Entender que una primera versión no es el producto final, es un punto de partida, es la demostración de una idea. Las cosas mejoran cuando repetimos el ciclo entero; idea, acción, resultado, feedback.
  • Disfrutar el proceso. Los resultados no dependen únicamente de nosotros. Somos responsables de nuestras acciones, hábitos y actitudes. Esto es lo que hace la diferencia.
  • No compararnos con los demás. Potenciar lo que nos hace únicos. Conectar con nuestra autenticidad más profunda. Está bien observar y aprender, pero en definitiva, la vida es un traje que se diseña a medida.
  • Descansar, recuperarse, recargar pilas. Relajarse, dar espacio a la inspiración y la contemplación. Conectar con el presente y con el ser. Encontrar paz interior. Aprender a vivir y ser feliz sin la necesidad de ser productivo.
«La mejora continua es mejor que la perfección retrasada».
—Mark Twain

P.D. Fue un placer conversar este tema en el club de expansión de Romi y Caro. Gracias por regalar tanta energía positiva y por ayudarme a mi y a mucha gente a seguir superando el perfeccionismo.

En la niebla

Tengo que admitir que me deje vencer por el miedo. Miedo a la incomodidad, a no saber que hacer, a no tener todo resuelto de antemano. Miedo a tener que hacer un esfuerzo otra vez para lograr algo que ya he logrado antes, pero que no parece volverse más fácil. Sigue siendo un ejercicio de perseverancia y determinación. Soy libre de abandonar en cualquier momento, pero por alguna razón no lo hago. Donde hay un desafío siempre hay algo que aprender.

Ahora camino entre la niebla. Veo algo al otro lado y me entusiasma, es lo que me motiva a seguir adelante, pero también reconozco que me cuesta. Me canso, me canso de mí mismo, me canso de mis patrones negativos. Se que no soy eso, se que soy pulsión de vida.

Renunciar no es una opción.

Empiezo a ver que el tiempo que le doy a las cosas no es en vano. Empiezo a ver que ser quien soy también tiene sus ventajas. No soy lento; soy detallista, soy cuidadoso, soy comprometido con lo que hago. Lo que más me frena es dudar y cuestionarme. La acción, cualquiera sea, es impulso y movimiento en la dirección correcta, en la dirección del aprendizaje y el autoconocimiento.

¿Qué es lo mejor para mi ahora? ¿Qué aprendo dudando? ¿Qué aprendo equivocándome?

Las luces de la consciencia

El trabajo personal te muestra cosas que antes no veías. La consciencia es eso, la capacidad de ver, de ver más detalles, de reconocer figuras, de encontrar diferencias y similitudes, de iluminar rincones oscuros. Es un mapa más preciso, nuevas herramientas, una lente más limpia.

Cada nueva distinción abre la puerta a un mundo de posibilidades. Esas nuevas posibilidades requieren práctica y entrenamiento para transformarse en nuestra nueva realidad. Antes de incorporarlas, necesitamos entender cómo funcionan, para qué sirven, hasta dónde pueden llevarnos y qué trampas evitar.

¿Cuáles son tus límites? ¿Quién los dibuja?

¿Qué ves ahora que antes no veías? ¿Cuáles son las nuevas posibilidades?

¿Qué libertades no estás aprovechando? ¿Qué te detiene?

Cuando expandimos la consciencia estamos cambiando nuestra esencia. Lo que la consciencia ve una vez no puede ser olvidado. Los cambios interiores nos invitan a reconfigurarnos, a reinventarnos, a reconsiderar, a seguir evolucionando.

Cuando cambiamos de verdad cambia el mundo que nos rodea.

El nuevo estándar

Veo como todo va cayendo en su lugar, como van tomando forma las ideas, se materializan. Veo otros colores y otros matices. De repente estoy viviendo otra vida, en otro mundo mejor que el de antes. Sigo siendo yo pero a la vez soy diferente.

Pareciera que todo lo que quiero está siempre a disposición, y que el único desafío es aprender a recibirlo, darle lugar en mi vida. Abrir las ventanas y renovar el aire. Accionar efectivamente y soltarme, danzar con el universo. Si es mérito propio entonces es repetible.

A veces me sorprende, pero lo acepto completamente. Es mi nueva realidad, mi nuevo estándar, no hay vuelta atrás. No es una racha de suerte y no tiene por qué terminarse.

Principios para el buen diseño
Dieter Rams: As little design as possible

Buscando principios básicos de diseño descubrí la influencia que tuvo el trabajo de Dieter Rams y los productos Braun en la forma en la que pensamos el diseño, la innovación, el marketing, el branding, la gestión de empresas y muchas otras cosas que hoy son una práctica cotidiana.

Rams es considerado una leyenda del diseño. Durante su tiempo en Braun, desde 1955 hasta su retiro en 1997, diseñó más de 300 productos que fijaron un nuevo estándar para categorías enteras; desde televisores, cámaras de video, tocadiscos y radios portátiles, hasta jugueras, afeitadoras, cafeteras, relojes, calculadoras y una infinidad de productos que parecen ser inmejorables desde el punto de vista del diseño. La empresa Vitsœ sigue vendiendo muebles que él diseñó a principios de los años 60, incluyendo el sistema de estantería universal 606, revolucionario en su época y conveniente hasta el día de hoy.

La carrera y ética de trabajo de Dieter Rams es fascinante. Si te interesa saber más, te recomiendo los libros As little design as possible, que es el que estoy leyendo yo, o Ten principles for good design, enfocado en sus 10 principios para el buen diseño:

  1. El buen diseño es innovador
    Las posibilidades de innovación no se agotan, en modo alguno. El desarrollo tecnológico siempre ofrece nuevas oportunidades para el diseño innovador. Pero el diseño innovador siempre se desarrolla junto con la tecnología innovadora y nunca puede ser un fin en sí mismo.
  2. El buen diseño hace que un producto sea útil
    Un producto se compra para ser usado. Tiene que satisfacer ciertos criterios, no sólo funcionales, sino también psicológicos y estéticos. El buen diseño enfatiza la utilidad de un producto sin tener en cuenta cualquier cosa que pueda restarle valor.
  3. El buen diseño es estético
    La calidad estética de un producto es parte integral de su utilidad porque los productos que usamos todos los días afectan nuestra persona y nuestro bienestar. Pero sólo los objetos bien ejecutados pueden ser bellos.
  4. El buen diseño hace que un producto sea comprensible
    Aclara la estructura del producto. Mejor aún, puede hacer que el producto hable. En el mejor de los casos, se explica por sí mismo.
  5. El buen diseño es honesto
    No hace que un producto sea más innovador, poderoso o valioso de lo que realmente es. No intenta manipular al consumidor con promesas que no pueda cumplir.
  6. El buen diseño es discreto
    Los productos que cumplen un propósito son como herramientas. No son objetos decorativos ni obras de arte. Por lo tanto, su diseño debe ser neutral y sobrio, para dejar espacio a la autoexpresión del usuario.
  7. El buen diseño es duradero
    Evita estar a la moda y por lo tanto nunca parece anticuado. A diferencia del diseño de moda, dura muchos años -incluso en la sociedad desechable de hoy en día.
  8. El buen diseño está cuidado hasta el último detalle
    Nada debe ser arbitrario ni dejarse al azar. El cuidado y la precisión en el proceso de diseño muestran respeto hacia el consumidor.
  9. El buen diseño es respetuoso con el medio ambiente
    Un buen diseño contribuye de manera importante a la preservación del medio ambiente. Conserva los recursos y minimiza la contaminación física y visual durante todo el ciclo de vida del producto.
  10. El buen diseño es el menor diseño posible
    Menos pero mejor, porque se concentra en los aspectos esenciales y los productos no están cargados de elementos no esenciales. ¡De vuelta a la pureza, de vuelta a la sencillez!'
Dieter Rams: As little design as possible
Leave The World Behind

Muy buena película.